Como todos los trabajos «sucios», donde su realización conlleva la recogida de residuos, hay que tener especial cuidado con la preparación previa a realizar dichos trabajos.
En el caso del deshollinado de una chimenea, para nosotros es tan importante que la chimenea quede limpia de hollín como no ensuciar la estancia donde se están realizando los trabajos de limpieza. Para ello el técnico se tomará el tiempo necesario para precintar con plásticos y cinta toda la boca de la chimenea, asi como es suelo y todo lo que considere oportuno proteger. Aún así, siempre se corre el riesgo de poder ensuciar algo, lo importante es que se recogerá todo con el aspirador para que no quede rastro de suciedad.
Para conseguir no ensuciar nada es tan importante los materiales a utilizar (plásticos, cinta,…) como el cuidado en colocarlos y su retirada una vez finalizados los trabajos de limpieza. En este sentido las prisas no son buenas, por eso el técnico debe tomarse el tiempo necesario en la protección previa para poder realizar los trabajos de limpieza posteriormente con la tranquilidad de estar preparado para no ensuciar nada.
Otro aspecto importante para evitar ensuciar es la calidad de las herramientas de limpieza, asi como su correcto manejo y experiencia con ellas. Es por ello que el aspirador debe ser profesional o industrial, capaz de filtrar correctamente el polvo de hollín, con gran capacidad de extracción y que impida que las partículas insalubres captadas vuelvan a salir. Por eso, merece la pena invertir en un buen equipo de limpieza: facilita el trabajo y nos asegura no ensuciar nada.